Ludwig Kaiser necesitaba a El Grande Americano, y viceversa
- Luchitas
- 18 ago
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No nos vamos a engañar, el personaje de El Grande Americano ha sido una de las grandes revelaciones, y a la vez uno de los grandes aciertos, de WWE en este 2025. Un personaje estadounidense, que se cree mejicano, y en torno al cual han convertido un lore profundísimo reforzado por documentos gráficos. Una leyenda de la lucha libre mexicana. Y no sólo eso. Los fans lo hemos comprado 100%. Porque sí, porque no hay que tomarse nada demasiado en serio, y mucho menos el wrestling que, al final, está para entreteneros.
Y el Grande Americano es precisamente eso: entretenido. Fue hilarante ver en sus inicios a un Grande Americano diciendo “Grasiaaaaaaaaaaaaas” y “Silensiooooooooo”, junto con un despliegue in ring sobresaliente. Y no es para menos, pues Chad Gable (o al menos creemos que era él) se había estancado como rudo tras el feudo con su añorada Alpha Academy, y WWE supo darle un papel acorde a lo que él puede ofrecer. Entretenimiento, gran nivel in ring, y sobre todo y más importante, ningún pudor ni vergüenza para encarnar un personaje que realmente era una voltereta hacia una piscina que no sabíamos ni si iba a tener agua. Y vaya si la tuvo.
WWE nos vendió todo: fotos con leyendas de la lucha libre vecina, una música de entrada propia de la mejor banda de mariachis y un feudo, en origen, con la Latino World Order. A partir de ahí, y en su corta historia, El Grande Americano ha tenido apariciones en Wrestlemania, una gran recepción y combate por el maletín de Money In The Bank. Y lo que faltaba.
La empresa de los McMahon abriendo la puerta a otras empresas vino como anillo al dedo a este personaje. La alianza con TNA proporcionó uno de los mayores “pops” de este año, con Joe Hendry apareciendo en el ecuador del Royal Rumble. Pero para no quedarnos ahí, y para sorpresa de bastantes de nosotros, la WWE abrió la puerta a una de las grandes promociones de Lucha Libre (sí, con mayúsculas) del país vecino. La Triple A hacía su aparición en la lista de nuevas amistades de la gran W, y con ello aire y nuevas ideas al gigante estadounidense. El Hijo del Vikingo, Mr. Iguana, y otros talentos que ofrecían al público americano savia nueva, cosas que no habían terminado de ver hasta el momento y sobre todo, y lo más importante de todo, entretenimiento.
En este momento entra la que fue la mano derecha del Ring General, el segundo al mando del ejército de Gunther durante su histórico reinado como campeón Intercontinental. El speaker europeo más reconocido de los últimos años, cómo olvidar ese “The Ring Generaaaaaaaaaaal” de Ludwig Kaiser y a Imperium, esa facción con tintes militares europeos (porque sí, en big 2025 la WWE necesitar seguir tirando de clichés).
Un Ludwig Kaiser que, tras el ascenso de su General a la escena estelar y tras salir del stablishment el tercero en discordia, Giovanni Vinci, parecía no tener clara su función dentro del vestuario de WWE. Relegado a la escena de media cartelera, o mejor dicho, de relleno llegando en ocasiones a parecer un “jobber”, Kaiser necesita algo. Ninguno sabíamos muy bien qué, pero necesitaba algo. Como respirar.
Para sorpresa de los fanáticos, y casi por obligación debido a lesión legítima de Chad Gable, Kaiser cambiaría su gimmick de europeo para hacer algo completamente distinto. En el RAW del 30 de Junio, el Grande Americano aparecía de nuevo. Más alto, más largo, menos “Gable”. En efecto, alguien había cogido el testigo de Chad Gable como superhéroe mexicano. Y no es para menos, WWE sabía que no podía dejar que el suflé de “La Leyenda” se desinflara en su mejor momento. Ludwig Kaiser se cruzó en el camino del personaje, y viceversa. La misión era complicada en principio, coger el relevo de un trabajo superlativo y mantenerlo.

Pero mantenerlo era sencillo para Kaiser. No le valía con eso. Tenía que elevarlo aún más, si es que eso fuera posible. Y vaya si lo ha conseguido. Tampoco le valía con coger el duolingo y aprenderse dos palabras. Demasiado fácil. Si eso era sencillo, el fin de semana pasado en Triplemanía llegó al recinto haciendo de vendedor ambulante, y salió al ring cantando “Cielito Lindo” acompañado de una banda de mariachis.Y repetimos, en big 2025 WWE sigue tirando de clichés para sus personajes, pero hay que diferenciar los que funcionan y los que no. Y el Grande Americano funciona, encandila y evoluciona. ¿Hasta qué punto? El tiempo lo dirá. Tal vez no necesitemos mucho, únicamente que aparezca. Porque apareciendo, El Grande Americano es sinónimo de entretenimiento, de una buena lucha y de una risa y un aplauso bien merecidos. Y sé que esto que voy a decir es repetitivo, pero a veces no necesitamos más.
Pero Ludwig Kaiser sí necesitaba más, y él lo sabía. Necesitaba coger el tren del Grande Americano, y necesitaba mantenerlo en la vía para llevarlo a destino. Y convirtió un Alvia en un Tren Bala. Un personaje que ya funcionaba bien lo ha convertido en un imprescindible, en un puente sólido con la Triple A y el público mexicano. Y en algo que dentro de unos años lo miraremos y diremos “¿recordáis al Grande Americano en Triplemania? Fue histórico”.
Querido Chad, querido Ludwig:
GRASIAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAS.





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